Mi oración para ti esta Navidad

 

La Navidad es, primero que todo, la historia de Navidad. Es el nacimiento de Cristo. El nacimiento de Cristo es el nacimiento del sueño más importante y de la esperanza más grande de la humanidad. Es el nacimiento de Dios en la humanidad. Toma tiempo en esta Navidad para leer la historia de nuevo.

Debido a que no había lugar en la posada, Dios nació en un establo. Allí, la Madre María, inclinada sobre el pesebre, miraba a su bebé dormir sobre el heno. Cuenta la leyenda que las bestias en el establo, ¿acaso más sabias que la humanidad?, se arrodillaron y adoraron a Jesús.

Gratitud sencilla

 

Yo creo que sólo necesitamos una cosa para vivir con gratitud: permitir que el momento presente se desarrolle tal y como es. Todo lo que necesitamos para abrir nuevos mundos de posibilidades es el simple deseo de observar y escuchar. Cuando logramos esa visión amplia, damos gracias gozosamente.

Acoger los cambios

 

Los cambios son parte constante de nuestras vidas. Vivimos en un mundo de cambio y crecimiento continuo, un mundo de nueva información, nuevas ideas y nueva tecnología. Todos los días se nos ofrece la oportunidad de experimentar cambios, aprender de ellos y crecer mediante ellos.

¡Libera!

 

¿Has estado orando por un ser querido o un amigo y sientes que tus oraciones no fueron las adecuadas? ¿Estás preocupado por una condición o situación en tu hogar, tu negocio o tus asuntos? ¿Estás aferrado a la idea de cómo las cosas deben hacerse? Entonces ¡libéralo! ¡Suéltalo! ¡Deja ir y deja a Dios actuar!

Aprovecha el día


Éste es el momento. Él ahora es el único momento —nuestro punto de poder donde el tiempo toca la eternidad, donde las decisiones que tomamos pueden cambiar nuestras vidas para siempre “Aprovechar el día” significa “vivir en el ahora”. Significa no morar en el pasado ni en el futuro, sino vivir conscientemente en el momento presente, todos los días. Cuando cambiamos nuestro pensamiento al presente, descubrimos una corriente infinita de bendiciones y oportunidades.

Tiempo de oración

 

“Buenos días, C.O.”. ¡Cómo me encanta escuchar esas palabras! “C.O.” es la forma simpática cómo Ángela, mi “compañera de oración”, y yo nos llamamos entre nosotros y la cual me hace reír. Sin importar el desafío en nuestras vidas, de alguna manera siempre conseguimos comenzar y terminar nuestras oraciones riéndonos.

La oración salvó mi vida

 

Hace seis años casi perdí la vida. El 31 de julio del 2008, mi esposo Rich y yo conducíamos a casa tras asistir a un partido de béisbol de los Yankees de Nueva York, cuando nos vimos envueltos en un accidente automovilístico. Desperté del coma seis semanas después en la cama de un hospital, y me dijeron que Rich no había sobrevivido. Durante el tiempo que estuve en coma, hubiésemos celebrado nuestro primer aniversario de boda.

Aprende a recibir

 

La hija mayor de una familia que conozco disfrutaba llevar a sus hermanos menores de paseo. Con frecuencia, durante esas salidas los llevaba a su tienda de helados favorita. 

Uno de sus hermanitos usualmente negaba comerse un helado, hasta que ella prácticamente le imploraba que le permitiera comprarle uno. 

Eventualmente, ella se impacientó con el jueguito. Entonces, cuando volvió a llevarlos de paseo, ella le preguntó como acostumbraba hacerlo: “Vamos a la heladería, ¿quieres que te compre un helado?

“No… no quiero ningún helado hoy”, respondió el niño.

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