Veía mi capacidad de trabajar como la fuente de mi suministro, lo que por supuesto no es verdad

Recientemente hubo un cambio profundo en mi percepción de las dificultades. Conduzco un Ford Focus 2013 al que llamo Forrest, como en “¡Corre, Forrest! ¡Corre!” de la película Forrest Gump.

Este auto no funciona como los otros. Titubea, se tambalea y, a veces, simplemente deja de andar. En ocasiones, su transmisión hace que se mueva en reversa.

Descubrí el pro­blema de transmisión severo de Forrest aproxi­madamente a las veinte mil millas de tenerlo. Lo había comprado con dos intenciones. La primera era la fiabilidad.

El auto reempla­zaría a mi PT Cruiser, que a sus ciento veinte mil millas, comenzaba a mostrar su edad. Yo acababa de iniciar un trabajo que requería que hiciera un largo viaje y quería evitar alguna avería en el camino.

Mi segunda intención, y la que transformó mi dificultad en bendición, era tener un carro ya pagado para cuando me retirara. Me faltaban seis años para jubilarme y quería un auto propio en muy buenas condicio­nes.

A las ochenta mil millas de Forest, ninguna de las intenciones se cumplió, lo que me dejó enojada, desconfiada y frustrada. Además de tres reparaciones de transmisión, estuvo sujeto a tres revisiones del fabricante. ¡Nunca sabía cuando iba a volver a fallar!

Los limones son como una caja de chocolate…

Mas descubrí un regalo escondido: el poder del enfoque. Según mi práctica espiritual y aprendizaje, siempre hay un regalo. Puede que todavía no sea visible o sea difícil de encontrar, mas siempre hay algo de valor en cada prueba y circunstancia aparentemente imposible. ¿Cuál fue el regalo? Bueno, realmente son dos. Pri­mero, me recordó enfocarme en las bendiciones y no en las dificultades.

El coche recientemente tuvo una tercera reparación de transmisión en menos de seis años, lo que hizo que yo calificara en una demanda colectiva. ¡Es probable que el acuerdo sea por una cantidad mayor de lo previsto! Sin embargo, la liquidación en efectivo no es el ver­dadero regalo.

Siempre hay algo de valor en cada prueba y circunstancia aparentemente imposible.

Retiré mi ansiedad acerca de mi retiro

El segundo y más poderoso regalo es el poder del enfoque. Recientemente, mientras me preparaba para dar un mensaje dominical, me sorprendió darme cuenta de que mi enfo­que cuando compré a Forrest, era que fuera mi último automóvil, porque creía que no podría pagar una mensualidad después de mi jubi­lación.

¡Yo no tenía un buen enfoque! Veía mi capacidad de trabajar como la fuente de mi suministro, lo que por supuesto no es verdad. La Verdad absoluta es que Dios es mi fuente, ¡y Su suministro es ilimitado!

Me he retirado del ministerio, pero no me he retirado de ser una expresión ilimitada de lo Divino. Estoy prosperando en esta nueva experiencia que llamo reinspiración en lugar de jubilación.

He sido bendecida de maneras sorprendentes cuando enfoco mi atención en convertir los limones que la vida me da en limonada.


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Acerca del autor

La reverenda Eileen Patra es ministra, oradora y autora. Ella reside en Michigan y recientemente publico su primera novela (en ingles), The Mystical Ark. Tiene su blog en eileenpatra.com.

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