Cuando comencé a entrenar fútbol en una preparatoria en una de las zonas más violentas de Sacramento, no sabía que algunos de estos niños no tenían un lugar para vivir o que no sabían de dónde vendría su próxima comida. Muchos nunca habían conocido a su padre. 

Todos querían jugar fútbol, aunque su escuela no había ganado un juego en tres años. Fue una gran tarea, pero yo quería que ellos tuvieran un ejemplo masculino en sus vidas que realmente se preocupara por ellos, lo que se tradujo en convertir al equipo de fútbol en una “familia”, para que pudieran tener un sentido de pertenencia y seguridad. 

Muchos de los chicos estaban fallando académicamente, así que empecé un programa de tutoría temprano en la mañana. Al principio, sólo los ayudábamos a ponerse al día con sus tareas. No nos tomó mucho tiempo descubrir que estaban fallando porque no sabían leer. 

Cambiamos nuestro enfoque hacia la lectura y en conseguir que comprendieran el material necesario para que aprobaran sus asignaturas. Queríamos brindar apoyo y estímulo continuos a niños que habían tenido un inicio muy duro en la vida, así fue como nació Playmakers Mentoring Foundation (Fundación de Mentores de Juegos).

A través de Playmakers, promovemos el carácter y liderazgo en niños desfavorecidos y en riesgo, utilizando el fútbol como conducto. Para muchos de estos niños, nuestro programa se convirtió en un salvavidas.

Enseñamos cómo construir el carácter junto con la lectura y el fútbol. Creo que ejemplificamos a Jesús en la manera cómo nos portamos, cómo vivimos nuestras vidas y cómo interactuamos con los niños. Tienes que estar dispuesto a conocer a niños donde ellos estén. Eso significa entrar en barrios difíciles y hogares rotos, y sentirte cómodo creando relaciones personales con los niños y sus familias, tal como Jesús lo haría.

Acerca del autor

Greg Roeszler, el “Entrenador Roz”, es el fundador y el Director ejecutivo de Playmakers Mentoring Foundation. Para más información (en inglés), visita theplaymakers.org

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